Voy a contaros una historia que los cronistas cuentan que sucedió en el lugar de donde venimos, Alfaro. Lleva por título:
LA LEYENDA DEL RESUCITADO DE ALFARO
Allá por el año 1420, un hombre llamado Garci-Ezquer de Alfaro, estaba enfermo; su enfermedad era muy grave, tanto que podía llegar a morir.
Desgraciadamente así ocurrió. El día de la muerte de Garci-Ezquer su esposa, que no se había apartado de su lado ni un instante, invoca a la Virgen de Valvanera, en un último intento de salvar a su marido.
Fue demasiado tarde; Ezquer yacía en su lecho ya sin vida. Sus familiares prepararon el cadáver. Cuando tenía el sudario puesto sobre la cara, el fallecido levantó los brazos, se desprendió del sudario y miró hacia el cielo. Había resucitado.
Ezquer contó que su cuerpo estaba ahí, pero su espíritu había viajado hasta Valvanera y en el recorrido se había encontrado con un ángel malo que le había cortado el paso. Al final llegó hasta la Virgen de Valvanera, que le dijo que todavía no era su hora y que volviese con los suyos.
Los alfareños no se creían nada de lo que contó, y para probarlo, le hicieron numerosas preguntas sobre ese lugar situado en las estribaciones de la Sierra de San Lorenzo, a las que contestó correctamente, a pesar de no haber estado nunca en ese lugar.
LA LEYENDA DEL RESUCITADO DE ALFARO
Allá por el año 1420, un hombre llamado Garci-Ezquer de Alfaro, estaba enfermo; su enfermedad era muy grave, tanto que podía llegar a morir.
Desgraciadamente así ocurrió. El día de la muerte de Garci-Ezquer su esposa, que no se había apartado de su lado ni un instante, invoca a la Virgen de Valvanera, en un último intento de salvar a su marido.
Fue demasiado tarde; Ezquer yacía en su lecho ya sin vida. Sus familiares prepararon el cadáver. Cuando tenía el sudario puesto sobre la cara, el fallecido levantó los brazos, se desprendió del sudario y miró hacia el cielo. Había resucitado.
Ezquer contó que su cuerpo estaba ahí, pero su espíritu había viajado hasta Valvanera y en el recorrido se había encontrado con un ángel malo que le había cortado el paso. Al final llegó hasta la Virgen de Valvanera, que le dijo que todavía no era su hora y que volviese con los suyos.
Los alfareños no se creían nada de lo que contó, y para probarlo, le hicieron numerosas preguntas sobre ese lugar situado en las estribaciones de la Sierra de San Lorenzo, a las que contestó correctamente, a pesar de no haber estado nunca en ese lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escríbenos qué te parece esta noticia.